Talking Ben es muy parlanchín. Habla por los codos de la noche a la mañana, tiene a sus amigos hartos. ¡Es que no se calla! Imagínate su sorpresa cuando han quedado con él hoy, y no decía ni mu. “¿Qué te pasa?” Le han preguntado, y entonces es cuando se lo ha dicho: “¡Pues es que no veo nada!” Anda, ¡con razón estabas tan raro! ¿Puedes ser la oculista de Ben y arreglarle la vista?
¡Psst! Talking Ben en el oculista es una pasada, pero los mejores juegos de perros están en mi colección personal. ¡No te los pierdas!