Ayer, mientras Marina paseaba por el campo, le pareció oír un sollozo muy bajito. ¡Venía de entre los arbustos! Se acercó con cautela y, ¿qué encontró? ¡Un cachorro de perro indefenso! La pobre criatura estaba cubierta de rasguños y adormilada. ¿Cómo habrá acabado sola en el bosque? Bueno, lo importante es que su suerte ha cambiado, porque está en manos de la mejor veterinaria: tú. ¿Puedes curarlo?
¡Psst! Perrito en el veterinario es una pasada, pero los mejores juegos de perros están en mi colección personal. ¡No te los pierdas!