Vas a tener el lujo de probar uno de los juegos de Pacman más difíciles que existen. ¿Ves esa bolita amarilla en una esquina? Sí, esa cosita minúscula, eres tú (bueno, Pacman). Y esos dos Pinkies se deslizan a toda velocidad, como buenos fantasmas, para tenderte una emboscada en cuanto te despistes. No te dejes engañar por la ausencia de paredes y recovecos, ¡este es un laberinto en toda regla! Solo que los límites los trazas tú… ¿Eres capaz de dibujar cuadrados en el tablero para despejar las casillas?