Ramón era un chico cualquiera de un colegio cualquiera, hasta que un día le dio por comer relojes digitales. Todo el mundo le decía que estaba loco, que se iba a poner malo, pero él no les hacía ni caso. Ahora se siente muy mal, y lo han llevado al hospital de urgencia, ¡para dejarlo en tus manos de experta cirujana! ¿Puedes sacar los relojes con mucho cuidado? ¡Buen pulso, doctora!
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