Estos animalillos acaban de regresar de su paseo diario, y no se puede decir que hayan vuelto demasiado limpios. Han estado corriendo y jugando en el barro, algo que siempre acaba igual: con el pelaje sucio. Ocúpate de estas mascotas embarradas: tendrás que bañarlas, secarles el pelo, peinarlas… en fin, ¡un baño de las patas a la cabeza!