Vaya, ¿en qué atolladero se ha metido esta vez Dora, la exploradora? Iba paseando con el mono Botas, jugando con su tirachinas, cuando de pronto le empezaron a doler los ojos. ¿Por qué? ¡Porque había estado mirando al cielo fijamente, y con toda esta luz! Dora, ¿no sabes que nunca se debe mirar directamente al sol? Ay, ay, ay… anda, vamos con ella al oculista.
¡Psst! Dora en el oculista es una pasada, pero los mejores juegos de dora la exploradora están en mi colección personal. ¡No te los pierdas!