Esta bailarina francesa, como todos los apasionados del baile, no necesita palabras para expresarse: de ello se encargan su cuerpo y sus movimientos.
Pero remitámonos a los hechos: ¿Porque es una de las chicas que más nos inspiran? Porque es muy difícil llegar a profesional de la danza. Es un mundo cerrado y competitivo: ¡hasta los grandes prodigios tardan años en hacerse un hueco y darse a conocer! Pero siempre hay que seguir adelante con la cabeza bien alta, seguir presentándose a audiciones… ¡Hay que atreverse a tener éxito! Y ese es un consejo que vale también fuera de la pista de baile.
Como habrás deducido por la foto, Sonia no baila precisamente claqué (ojo, ¡que el claqué también es fascinante!).
Es artista de la danza urbana. Su estilo es único porque ella es única; pero podríamos decir que bebe de dos disciplinas diferentes: el hip-hop y el dancehall.
El Dancehall es un baile jamaicano que requiere precisión y sentimiento, estilo, o por llamarlo así, flow. No es ni reguetón ni rumba. Los pasos están codificados (es decir, que cada movimiento tiene un nombre) pero también son libres: cada uno tiene la libertad de hacerlos a su manera. Conclusión: el dancehall es una danza que cuenta una historia, la historia de quien lo baila.
¿Sin palabras? ¿Se te van las articulaciones al ritmo de la música? Estamos de acuerdo, Sonia es espectacular. Esta bailarina, coreógrafa y profesora también pisa los escenarios con el grupo Sènsuafro.
El trabajo soñado por todos los que nacieron para bailar:
¿A qué esperas? Si llevas el baile en las venas, ¡empieza a mover esos pies!
Tanto si aspiras a hacer de ello tu profesión como si no, el baile es un deporte de combate que te obliga a enfrentarte a ti misma: expresarte y tener el valor de enfrentarte a tu propio reflejo en el espejo no es fácil. Pero si puedes moverte, sabes bailar :).